domingo, 14 de enero de 2018

EL CEREBRO HUMANO PROCESA LA EMPATÍA DE MANERA SIMILAR AL DOLOR



Los investigadores que llegaron a esta conclusión usaron un complicado montaje experimental, que incluía el uso de resonancia magnética funcional (fMRI por sus siglas en inglés), que mide los cambios en el flujo sanguíneo del cerebro. La imagen del cerebro por sí sola no puede demostrar un vínculo entre el dolor y la "empatía dolor". Esto se debe a que las mismas áreas del cerebro se activan en cada caso, en parte porque hay una gran cantidad de solapamiento entre las áreas del cerebro utilizadas para los sentimientos y la emoción. Otro factor es que la fMRI no es una medida directa de la actividad cerebral; la medida del flujo sanguíneo es algo que inferimos para acompañar la actividad cerebral.

Los investigadores tuvieron que adoptar un innovador enfoque. Investigaron si la manera en que un medicamento cambia la forma en que el cerebro procesa el dolor y la empatía por los que sufren puede ser utilizada para entender las similitudes y diferencias entre estas dos experiencias. A todos los participantes en el estudio se les dio un comprimido y se les dijo era un analgésico, aunque se trataba de un placebo. Los autores querían saber cómo funcionaba el dolor y la empatía del dolor en la manera en que se procesan ambos fenómenos en el cerebro.

Un segundo grupo de personas también recibieron este analgésico placebo y 15 minutos más tarde un segundo comprimido, una droga que invierte la acción de un analgésico. Sin embargo, a los participantes se les dijo que este comprimido mejoraría la acción del analgésico, por lo que no esperaban que el efecto se contrarrestara. Los autores querían saber si la "analgesia placebo" podría ser revertida de la misma manera que los analgésicos reales pueden serlo. Después de esperar a que el analgésico placebo "tuviera efecto", y comprobando que había "funcionado" en todas las personas, los participantes se sometieron a varios experimentos. Uno de ellos consistió en que el participante recibía un choque eléctrico corto y doloroso en la parte posterior de la mano y veía una foto de alguien que había conocido anteriormente.

Los participantes se dividieron en dos grupos: algunos recibieron un choque real y doloroso (o vieron a alguien recibirlo), mientras que otros recibieron un estímulo indoloro. El estímulo indoloro se administró de la misma manera que el estímulo eléctrico, pero a una corriente más baja. ¿Los resultados? En el primer experimento con el único comprimido (analgésico placebo), 53 personas recibieron dolor real y 49 personas recibieron estímulos de dolor. El analgésico placebo redujo la cantidad de dolor que los participantes reportaron sentir y también disminuyó la cantidad de desagrado que dijeron sentir mientras miraban a otra persona sentir dolor. Al mismo tiempo, el escaneo fMRI reveló que la red de regiones que usualmente procesan el dolor mostró una reducción en la actividad para el dolor placebo (pretendido) en comparación con el dolor real. En el segundo experimento, en el que 50 participantes tomaron un comprimido adicional, se encontró que el fármaco real revirtió los efectos de la analgesia placebo en el dolor propio y también en la empatía del dolor, cada uno por una cantidad similar. Esto significa que es probable que la empatía por el dolor se procese de forma muy similar (en el cerebro) al dolor de primera mano. Pero se necesitan más pruebas.



Fuente: http://www.iflscience.com

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