sábado, 10 de febrero de 2018

¿Qué historia te cuentan tus dientes?





 “En nuestros dientes llevamos impresos todos los programas de las experiencias y vivencias de nuestros antepasados, así como nuestros propios conflictos”






En los dientes están escritas nuestras memorias de tal forma que cada caries, cada malformación, cada pieza que se oculta o que se gira nos muestra la historia de una memoria, ya sea esta adquirida (por mi propio aprendizaje en el mundo) o innata (heredada por mi genealogía).

Las patologías dentales muestran el sufrimiento sentido a nivel inconsciente, y todas ellas se expresan en tres niveles: en el ego (= personalidad, mi manera de reaccionar ante los acontecimientos), en mi vínculo con mi árbol genealógico, y también en ser interior (alma, ser esencial…).

Es tanta la información que hay sobre los dientes, muelas y encías, y toda ella tan relevante, que he resuelto el dedicarles tres extensos artículos pues no me cabe la menor duda que serán de tu interés. En este en concreto encontrarás todo lo relativo a la interpretación de las piezas dentales en base a su posición en las arcadas y a su relación con los conflictos transgeneracionales y cronológicos (vivenciados por el individuo), así como el significado de las patologías más comunes.

Los dientes se alzan como la parte más dura de nuestro cuerpo (incluso más que los huesos); los dientes conforman nuestra estructura, nos brindan protección, y son una pieza clave en la supervivencia pues gracias a ellos podemos “atrapar el bocado”, ya sea este real o simbólico.

Pero además, e incluso añadiría sobre todo, los dientes y muelas se suman a la maravillosa danza del Universo dónde nada está ahí por azar, y así nos permite extraer una sustanciosa información en relación a cómo éstos se encuentren colocados, pues todos y cada uno de ellos nos transmiten fieles memorias transgeneracionales

Mapa sobre cristal pulido

El trabajo con los dientes aporta una información que complementa , pero no puede abordarse como la misma pues varía de acuerdo a la evolución de cada individuo y es irrelevante la lateralidad (si es diestro o zurdo biológico),

El maxilar (= cielo) representa a nuestro padre como educador. La mandíbula (= tierra) representa a nuestra madre en el sentido de la crianza. La lengua es el verbo hecho carne gracias a la palabra, y los 32 dientes se corresponden con las 32 letras del alfabeto que escriben nuestra historia familiar.

Hasta la edad de tres años mi representación del mundo (= mi verticalidad) viene dada por la tierra / función madre (mandíbula) y por el cielo / función padre (maxilar), puesto que no está desarrollada la conciencia reflexiva. La mandíbula nos sirve de soporte para el reencuentro con la madre, y en el maxilar alojaremos la memoria de lo que encontremos de la función padre.

Llegados a los tres años tomamos conciencia de la propia existencia y aparece el yo soy, que en un principio se sitúa entre el cielo (maxilar = función padre) y la tierra (mandíbula = función madre). Christian Beyer tiene una frase que me encanta, dice así: “El ser humano es una chispa de vida entre el cielo y la tierra”. 

Sin embargo a no mucho tardar el yo soy toma un lugar diferente, este es en la mandíbula, desplazando a la función madre al maxilar; éste queda entonces dividido en dos partes: la de la izquierda ocupada por la función madre, y la de la derecha por la función padre.


Los fusibles del organismo

Los dientes son fragmentos de cristal que, al igual que el resto del cuerpo, contienen y transmiten la corriente eléctrica, de tal manera que cada uno de ellos es receptor y emisor de información.

Los dientes vienen a ser como los fusibles de nuestro organismo. Tal y como desarrolló el Dr. Ryke Hamer, cada vez que atravesamos un momento conflictual condimentado con unos determinados ingredientes (que dan lugar a lo que se conoce como bioshoch),  este es recogido simultáneamente por nuestra psique, cerebro y órgano.

De acuerdo a la interpretación que la persona realice de la situación concreta así se ve afectada una u otra zona del cerebro (conocida como foco de Hamer) y, de la misma forma, el órgano “dañado” del cuerpo. Es aquí donde nuestros fusibles intervienen, puesto que gracias a ellos se disminuye la cantidad de masa conflictiva descargada sobre el órgano. 

Veamos ahora los cuatro cuadrantes en los que dividimos la boca, teniendo en cuenta que la imagen está contemplada de frente; esto significa que la parte que se sitúa a la izquierda corresponde a nuestra parte derecha:



1)   Primer cuadrante, que representa al clan y la figura del padre (los problemas en este primer cuadrante suelen indicar conflictos pendientes de resolver con el padre)..
2)   Segundo cuadrante, que representa a la familia y la figura de la madre (aquí los problemas suelen indicar conflictos pendientes de resolver con la madre).
3)   Tercer cuadrante, representa el hogar (arquetipo femenino).
4)   Cuarto cuadrante, representa el trabajo (arquetipo masculino).

La numeración de los dientes comienza en los incisivos, situados en el parte central, y termina en las muelas del juicio. Para hacer correctamente la lectura de los dientes que viene a continuación, has de tomar el primer número como indicador del cuadrante al cual pertenece la pieza, y el segundo con la colocación del diente en la arcada. Por ejemplo, el número 26 hace referencia a la pieza 6 dentro del segundo cuadrante; el número 15 nos habla de la pieza 5 dentro del primer cuadrante.

Significado de cada diente


Incisivo central
Raciocinio
11
Arquetipo masculino (noción de padre, hombre, Dios). El rol que tiene el padre. Mi imagen hacia el exterior desde la mirada del padre.
21
Arquetipo femenino (noción de madre, mujer, Tierra). El rol que tiene la madre. Mi imagen hacia el exterior desde la mirada de la madre.
Comienzo
31
Apertura hacia la vida, nuevos comienzos, recepción de la madre.
41
Apertura hacia la vida, nuevos comienzos, recepción del padre.


















A continuación te expongo el significado de cada diente, indicando en primer lugar el nombre por el que es conocido, al que sigue su nombre simbólico y por último el número que
ocupa en las arcadas. Las patologías a las que me refiero en las descripciones incluyen cualquier problema que se de en la pieza: sarro, caries, fractura, agenesia, corona, extracción, endodoncia, absceso, implante. 

Los incisivos hablan de mi imagen y de cómo me veo, expreso, hago con respecto a mis relaciones. Recordemos que es la función del verbo la que nos diferencia del reino animal.

Los superiores son los dientes que reciben más atención por mi parte pues a través de ellos me muestro al mundo  y, de acuerdo a la imagen que ofrezca, así será la manera en que los otros me vean.  Estos dientes muestran mi personalidad: mi luz, pero también mi sombra (miedos, angustias, aversiones, traumas, tristezas…). El 11 hace referencia a cómo me he construido desde la mirada de mi padre, el 21 desde la mirada de mi madre. Las patologías aparecen ante las situaciones en las que me siento herida (ego) y pierdo mi autoestima.

Los inferiores se relacionan con mí parte más frágil y vulnerable que procuro mostrar tan sólo con los míos.  El 31 hace referencia a cómo mi madre me recibió al nacer, y el 41 a cómo lo hizo mi padre. Las patologías evidencian mis heridas  y miedos más profundos, como puede ser el temor a morir por no haber sido atendido o sentirme rechazado. 

También el 11 y el 21 representan, respectivamente, al rol paterno y al rol materno. El diastema o separación entre los dientes es considerado un signo de sufrimiento de adaptación. Cuando ésta aparece entre los dientes 11 y el 21, nos muestra la separación que existió entre un padre y una madre en nuestro árbol, teniendo en cuenta que también puede darse si ha habido una interposición de algún individuo en la unión de los padres. El hecho de que la persona lo muestre también indica que, o bien ella ha vivido o está viviendo el mismo conflicto, o bien lo ha vivido con sus padres.

Cuando haya una fractura en forma de “Ʌ” en el 11 y el 21, se tendrá en cuenta cuál es la relación entre el padre y la madre. Si la fractura es incisal (= horizontal) habla de la necesidad de romper un vínculo con una fuente dominante; si se trata del 11 sería mi posición en relación a mi padre, si es el 21, mi posición en relación a mi madre. Cuando la fractura sea lateral muestra el que “algo del progenitor ha desaparecido”, del padre si es el 11, de la madre si es el 21.

Cuando uno de los dientes aparece recto y el otro torcido, la memoria es de un padre y una madre que se daban la espalda. Puedes hacer otras lecturas como, por ejemplo, si el 21 está por encima del 11 veremos que hubo una madre que estuvo por encima del padre, y de la misma manera si sucede a la inversa.

Incisivo
lateral
Comunicación
12
Facilidad para expresarme con mi padre de igual a igual.
22
Facilidad para expresarme con mi madre de igual a igual.
Relación
32
Cómo me relaciono con mi madre.
42
Cómo me relaciono con mi padre.

Continuamos con los incisivos laterales que, al igual que los centrales, hablan de mi imagen y de cómo me veo, expreso, hago con respecto a mis relaciones.

Los superiores tienen que ver con la comunicación. Tienen que ver por tanto con el sentirme bien, a busto conmigo mismo, satisfecho, cómodo en mi manera de expresarme hacia el exterior. El 12 es mi comunicación con el padre, de igual a igual; el 22 mi comunicación, también de igual a igual, con mi madre. Las patologías en estos dientes suceden si es que siento que no puedo comunicarme o expresarme tal y como deseo.

Los inferiores hablan por entero de cómo me relaciono con las personas de mi entorno más cercano, allá donde se crea el escenario para manifestar mis secretos así como mis sentimientos más profundos hacia ellos. El 32 corresponde a la relación con mi madre; el 42 con mi padre. Las patologías en estos dientes manifiestan por tanto la carencia de mi relación con el padre y/o la madre (reales o simbólicos), y que incluye desde una disminución en el contacto hasta el completo abandono.

El 12 y el 22 son los dientes de la comunicación, tanto del lenguaje verbal como del no verbal. Representan la capacidad de expresarse de igual a igual.

Cuando presenta agenesia (falta de formación o de desarrollo) en el 12 y/o el 22, la memoria que expresa es la de despotismo y dictaduras del padre o del árbol paterno, y/o de la madre o árbol materno, respectivamente.

Si el 11 está por encima del 12, la lectura es la de sentirme bajo la dictadura de un padre déspota; si está apuntando hacia afuera indica que considero que “el otro es más importante que yo”.

Cuando he vivido la falta de protección de la madre o me he tenido que proteger de ella, aparece una patología en el 32; si esto mismo es en relación al padre lo hace en el 42.

Los dientes 31, 32, 41 y 42 (incisivos inferiores) gestionan las necesidades (“quiero que me quieran”) y necesitan de los 11, 12, 21 y 22 (incisivos superiores) para obtener su significado.

Colmillo o Canino
Voluntad
13
 Firmeza en mis propósitos frente al proyecto del padre.
23
 Firmeza en mis propósitos frente al proyecto de la madre.
Orígenes
33
 Memorias heredadas de mi familia materna.
43
 Memorias heredadas de mi clan paterno.

Estos dientes manifiestan tanto mi origen como mi voluntad. Los colmillos representan mi defensa sobre mis posesiones y, por supuesto, sobre mi propia vida; gracias a ellos puedo protegerme del predador (biológicamente hablando). Unos buenos colmillos me hacen sentirme seguro y fuerte y es la mejor manera de mantener alejado al enemigo.

Los superiores representan mi voluntad y mi potencia para conseguir mis objetivos. Voluntad es mantener en mi vida constancia, certeza, firmeza y tenacidad interior. Mirar sin miedo hacia el futuro desde un presente consciente, sorteando cualquier obstáculo que se interponga en mi camino. El 13 se relaciona con persistir en mi voluntad frente a los proyectos de mi padre, el 23 en cuanto a los proyectos de mi madre. Aparecerá cualquier tipo de patología si mi voluntad pierde fuerza, si me doblego ante las reglas preestablecidas o si me incapacito para asumir mi poder personal para dirigir mi vida.

Los inferiores manifiestan los recursos recibidos a través de mis antepasados, mi fuerza vital heredada, mi ahínco para seguir adelante, mi firme posicionamiento en la defensa de mi territorio. El 33 es en relación a la herencia de la familia materna; el 43 la herencia del clan paterno.  Las patologías me indican mi inconformidad con las herencias recibidas (creencias, costumbres, tradiciones…).

Unos colmillos redondeados hablan de sometimiento, falta de coraje y voluntad, mientras que los que son finos y puntiagudos representan, en la otra polaridad, el afán casi primitivo de alcanzar los retos pasando por encima de todo y de todos. En los dos casos manifiestan una profunda desvalorización.

Cuando el 43 no está recto, las memorias son de caída real o simbólica , como por ejemplo de ruinas, la pérdida de tierras, casa, y también de recuperar una propiedad.

Cuando el colmillo definitivo aparece y el de leche no se ha caído aún, buscaremos una memoria transgeneracional de un niño que ha tenido que ser mayor demasiado pronto.

El canino incluido o canino ectópico en horizontal evidencia memorias de sumisión / violación; cuando está en vertical las memorias son de derecho de pernada (derecho que ejercían los señores feudales para tomar a sus siervas el día en que se casaban) y/o de rechazo a las tradiciones.

Primer premolar
Audacia
14
La audacia que veo y reconozco en mi padre.
24
La audacia que veo y reconozco en mi madre.
Metamorfosis
34
Aceptación de los cambios. La sexualidad desde la mirada de mi madre.
44
Aceptación de los cambios. La sexualidad desde la mirada de mi padre.

Todos los premolares aparecen en la etapa de la adolescencia y no son sustitutivos de ningún diente de leche, es decir, son exclusivos del adolescente. Están asociados a lo emocional y nos dan la verticalidad entre el cielo (padre) y la tierra (madre), el equilibrio de nuestro corazón. Estos dientes muestran la evolución de mis decisiones en el periodo de la gran transformación interior, la aceptación de los cambios y el paso hacia la madurez.

Los superiores representan la audacia que tengo para enfrentar lo desconocido, siendo el 14 la audacia que veo y reconozco en mi padre, y el 24 la que veo y reconozco en mi madre. Mi capacidad para enfrentar objetivos, retos, hacer proyectos y transformar mi vida. Las patologías en estas piezas me muestran una desvalorización conmigo mismo ante mi negativa a mostrarme tal y como soy y reconocer a mi guerrero interior. No me permito salir de lo establecido, rebelarme, cambiar.

Por su parte, los inferiores definen mi aceptación ante los cambios físicos por los que atraviesa mi cuerpo. Representan mi sexualidad y sensualidad en relación a mi feminidad o masculinidad. El 34 habla de cómo vivo mi sexualidad tal y como la recibí de mi madre, el 44 tal y como la recibí de mi padre. Se verán afectados si manifiesto repulsión hacia mi cuerpo, mi sexualidad y/o mi sensualidad, o hacia los placeres que obtenga de ellos.

Segundo premolar
Discernimiento
15
Mi emancipación del padre.
25
Mi emancipación de la madre.
Afirmación
35
Auto-afirmación en lo que yo quiero frente a la madre.
45
Auto-afirmación en lo que yo quiero frente al padre.

Los segundos premolares evidencian las separaciones así como nuestras dependencias a todos los niveles.

Los superiores hablan de mi capacidad para liberarme de las creencias familiares y cortar de esta manera con el vínculo paterno (el 15) y materno (el 25), y forjar de esta manera mi propia identidad. Las patologías devienen de anularme en mi decisión de emanciparme intelectual y emocionalmente, de relegarme a un segundo plano o de incapacitarme en decir no cuando realmente lo siento.

Los inferiores manifiestan mi equilibrio emocional en la separación, mi auto-afirmación en lo que yo quiero para mí, contemplado hacia la madre si es el 35, o hacia el padre si es el 45.  Sufrirán cualquier tipo de lesión cuando aparezca la duda de si esto es realmente lo que tengo que hacer, o no pueda concebir o asimilar el alejamiento.

Los premolares supernumerarios muestran la memoria de un gemelo evanescente.

Primer molar
Padre / Madre
16
Yo ante la autoridad del padre. El lugar que me ha adjudicado mi padre.
26
Yo ante la autoridad de la madre. El lugar que me ha adjudicado mi madre. 
Papá / Mamá
36
La seguridad afectiva y material que recibo de mamá.
46
La seguridad afectiva y material que recibo de papá. 

La pieza número 6 aparece sobre los seis años y no sustituye a ninguna otra, siendo el primer molar permanente. Esta pieza hace el vínculo con el grupo a través del padre y la madre; representa “la identidad biológica”.

Estos primeros molares cargan por tanto con la memoria de nuestros primeros seis años de vida, en los que la persona debiera haber recibido seguridad, consideración y merecimiento, y que ahora devienen en saber cuál es en el presente el lugar que le corresponde ocupar, así como saberse capaz de procurar el alimento que necesita, ya sea este real o simbólico.

Los superiores definen mis raíces así como el núcleo familiar: mi origen, el sitio donde he nacido y crecido, el lugar que he ocupado en mi familia, el alimento real y afectivo recibido, mi pertenencia, la seguridad en el entorno familiar. El 26 soy yo ante la autoridad de la madre, y el 16 yo ante la autoridad del padre, así como del lugar que cada uno de ellos me hanadjudicado. Marcan “lo imposible”, haciendo que el deseo se convierta en sueño. Estas piezas se ven afectadas cuando no se ocupan de mí, cuando ha habido ausencia o sobreprotección por parte de los padres, injusticias, desmerecimientos, castigos, enfrentamientos….

Los inferiores representan a mis padres simbólicos que, al cubrir mis necesidades tanto materiales como afectivas, me aportan seguridad. El 36 habla de la seguridad afectiva y material que recibo de mamá, y el 46 de la que recibo de papá. Las patologías muestran la ausencia de seguridad y el temor de no disponer del afecto y/o la economía que necesito.

Segundo molar
Transgresión
17
Yo contra las normas del clan. Me desenvuelvo en la sociedad desde lo que he recibido de mi padre.
27
Yo contra las normas de la familia. Me desenvuelvo en la sociedad desde lo que he recibido de mi madre.
Unión
37
La confianza con mi madre.
47
La confianza con mi padre.

Aparecen sobre los doce años a la par que las hormonas sexuales. Representan la fase de la autonomía del pensamiento y la aparición del conflicto contradictorio entre cuerpo y mente, “si pienso diferente quedaré excluido del clan”. Estas muelas cargan con la memoria de nuestros doce primeros años, y se relacionan con mi realización en la sociedad, atendiendo a mi capacidad para ocupar un lugar en ella (laboral, familiar, relacional…).

Los superiores manifiestan mi actuación contra las leyes, normas y costumbres familiares así como mi desenvoltura en la sociedad: mi apertura, confianza y apoyo tanto en el dar como en el recibir. El 27 desde lo recibido por mi madre, el 17 desde lo recibido por mi padre. Las patologías en estas piezas pueden aparecer si siento que no pertenezco al clan, si soy un excluido, si desconfío de los otros o los otros desconfían de mí… “he de salir por mí mismo de esta situación”, “nadie me ayuda”.

Los inferiores representan a mis seres más allegados (pareja, buenas amistades…), aquel o aquella persona en la que confío plenamente; el 37 con relación a la madre real o simbólica, el 47 con relación al padre. Las patologías representan engaños, traiciones y/o decepciones en este tipo de relaciones.

Es importante remarcar que los programas transgeneracionales heredados se reflejan muy especialmente en las raíces, por lo que tendremos en cuenta si están juntas, una por encima dela  otra, hacia atrás, etc…

Cuando las raíces del 17 están soldadas hay una memoria de exilio. Cuando las raíces del 37 están juntas muestran la memoria de muerte de una mujer en el parto; también la forma de la raíz de esta muela nos habla de la memoria de un gemelo perdido o del nacimiento de un hijo de sexo contrario al deseado.
Tercer molar
Juicio
18
Soy parte del Universo. Soy un ser maduro. Soy un ser libre frente a mi padre.
28
Soy parte del Universo. Soy un ser maduro. Soy un ser libre frente a mi madre.
38
Soy parte del Universo. Soy un ser maduro. Soy un ser libre frente a mi madre.
48
Soy parte del Universo. Soy un ser maduro. Soy un ser libre frente a mi padre.

La llegada de las conocidas muelas del juicio aparecen entre los 18 y 21 años marcando mi adultez, representan mi más completa individualización (= “la totalidad de mí”), la justicia y autonomía, reflejan mi madurez y sentido común en la toma de decisiones así como mi capacitación para sobrevivir por mí mismo y hacerme cargo de mi propia familia. El hasta entonces yo soy pasa a convertirse en el Yo Soy: Soy un ser libre, Soy parte del Universo, Soy parte de la Unidad. Es mi deseo nacer a mi universo interior. Las patologías en estas piezas delatan mi inmadurez y mi negación a hacerme cargo de mi propia vida.

El dolor físico que me aqueja con las salida de las muelas es directamente proporcional al dolor emocional  que me invade “pues si crezco, si dejo de ser un niño, ya no estaré con papá y mamá”,  por lo tanto habrá una gran diferencia entre extraer las muelas siendo consciente de lo que me indica el dolor (asumir que ha llegado el momento de abandonar el nido), a hacerlo sin conciencia (rechazar rotundamente el hacerme adulto para seguir estando bajo las faldas de mamá). Si el dolor aparece más adelante habré de mirar cuál es la dependencia que me cuesta dejar.

Cuando no sale la muela del juicio evidencia que tengo un gran miedo a morir.

La madurez adquirida con la aparición de las muelas del juicio trae consigo el dejar de temer los juicios, críticas y opiniones ajenas, y de la misma manera la toma de conciencia de mis propios juicios, críticas y opiniones hacia los otros… pues esto es, sin duda, lo que traerá a mi vida la más absoluta libertad.

Algunas de sus patologías

Como vemos, cada patología dental nos da una información concreta sobre lo que se está viviendo. Así, el hueso basal manifiesta mi identidad, lo que “yo soy”; el ligamento dental mis gestos, movimientos, lo que hago.

Los abscesos periapicales hablan de la persona que se convence de que “todo está bien”, para evitar entrar en sus emociones y sobre todo a expresarlas. El granuloma cuando la persona que, acostumbrada a negar un problema, se permite relativamente a hacerlo. El quiste se presenta si es que se retiene, controla y reprime el exceso.

El ángulo mandibular está ligado a la vergüenza. Cuando la prognatia (mandíbula se adelanta) sería, por ejemplo, el avergonzar a un padre por elegir una profesión diferente a la suya o no continuar con el negocio familiar, es decir, no seguir con el proyecto sentido que el padre deseó para él; en el transgeneracional buscaremos memorias de vergüenza del jefe del clan. Cuando la retrognatia (mandíbula no crece) es el niño que molesta por no llega en buen momento, y en este caso podemos buscar en el transgeneracional a la persona que quisieron esconder para evitar la vergüenza, como pudo ser por ejemplo la jovencita que quedó embarazada sin estar casada (“no debo molestar… mamá no existo, no te preocupes”). Cuando la articulación está bloqueada manifiesta la falta de articulación consigo mismo: la persona no se escucha, no se oye, ligado en ocasiones a la manifestación de acufenos.

En la mordida abierta el maxilar no alcanza la mandíbula; la memoria es de padre no asignado. En la mordida de borde a borde el mensaje es “para que puedas vivir te saco… de la familia (izquierda), del clan (derecha)”. La sobre mordida nos habla de la pareja parental (padre y madre), el hijo es el escaparate del éxito de los padres (“este niño es para nuestra gloria”).

El apiñamiento que da lugar a malposiciones dentarias, provocando la pérdida de la verticalidad de las piezas, evidencia el sentir que se ha perdido el sentido de la vida, y/o que se vive bajo la voluntad de los otros. El diente invaginado guarda un secreto familiar; es el rastro del “no dicho” heredado de un pariente que marcó a la descendencia o a la madre en el periodo de embarazo.

Una dentina imperfecta evidencia una memoria de un hijo rechazado en el transgeneracional (“en el mundo no hay sitio para mí”).

Procuremos antes de realizar cualquier operación en la boca investigar qué es lo que el síntoma me quiere indicar. Por ejemplo, el empaste sella las emociones ocultas y aísla a la persona de la vivencia que se niega a soportar. No obstante, a través del lugar donde se encuentre el empaste, se podrá llegar con perfecta precisión al tipo de emoción, el periodo de la infancia donde ocurrió así como el padre con el que se tuvo la experiencia conflictual. Por su parte, el implante es un engaño si no estás preparado a recibirlo, hacerse implantar sin haber tomado conciencia es un combate contra uno mismo.

Los puentes representan la necesidad de aferrarse a algo o a alguien para sentirse más fuerte; los dientes vecinos a los que se fija el puente inmoviliza las facetas de la personalidad que corresponden a esas piezas. La ortodoncia no solo trata la malposición dental, sino también el inconsciente familiar transmitido por la genealogía.

Por último, la caries es la gestión de un sufrimiento inconsciente no resuelto. Cada caries nos invita, en función de la zona dónde se localice, a investigar cual ha sido el conflicto vivido teniendo en cuenta la faceta de la pieza en particular; así tenemos que si la caries es de esmalte es “negarse a morder”, de dentina “rechazo de la realidad”, incisal es “falta de aprobación”, oclusal “falta de confianza”, mesial-distal “limitaciones”, lingual “lo interior”, vestibular “lo exterior”, y de cuello “desvalorización”.




Emociones, órganos y trastornos dentales
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En esta segunda parte dedicada a los dientes veremos cuál es la relación de cada uno de ellos con los diferentes órganos. Puesto que nada de lo que vivimos es circunstancial y todo tiene que ver con nosotros, tampoco es aleatorio el que se dé una determinada y/o que se vea afectada una pieza dental en concreto.

En la boca se realiza la primera fase del proceso de la digestión. Con los dientes y muelas mordemos, trituramos y desmenuzamos los alimentos (=situaciones) que pasarán a formar parte de nosotros, y por tanto son también éstos los que manifestarán nuestra manera de percibir las diferentes circunstancias así como nuestra reacción ante ellas.


Los dientes, a través de sus patologías, nos hacen saber de nuestros miedos y emociones no expresadas, nos dicen qué está sucediendo en nuestra vida y qué herida emocional está a la espera de ser sanada. Vivimos en una gran escuela y por lo tanto venimos a aprender… a AMARNOS. Cada persona, situación y experiencia despierta en nosotros emociones de nuestra infancia que no supimos procesar en su momento, con el fin de que ahora podamos trascenderlas.

Con el objetivo de poder transmitirte mayor información sobre el tema que hoy nos ocupa buceé por la red y di con dos excelentes exposiciones(1) que han contribuido a la realización del escrito que te dejo a continuación.

Filosofía Oriental

Desde hace miles de años los orientales, en especial los chinos, encontraron una relación directa y emocional entre las diferentes partes del cuerpo, y detectaron asimismo que la energía vital circula en él a través de unos canales específicos a los que llamaron meridianos. Cada meridiano pasa por uno o más órganos, por dos o más dientes, y se conectan con diferentes emociones.

Para ellos la dentadura es el sistema mecánico que nos permite digerir adecuadamente y así facilitar una mejor utilización de los principios esenciales. En oriente se cuida la masticación realizando hasta 100 masticaciones antes de ingerir los alimentos más sólidos, hábito que refleja su actitud paciente.

Los autores de La Enfermedad como afirman que “una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para manifestar su ofuscación“. 

Maxilar y mandíbula

El maxilar representa nuestros deseos. En particular, el ancho y la alineación regular de los dientes en el maxilar indican que la persona es capaz de expresar sus deseos y, por tanto, no tiene problemas de comunicación. Por el contrario, el maxilar estrecho con incisivos y caninos con mordida anterior cruzada (prognatia y retrognatia), indica que se trata de alguien pasivo con quien la comunicación es más difícil. La prótesis maxilar total hace referencia a una gran dificultad para expresar los deseos y sentimientos.

La mandíbula representa nuestras acciones. La barbilla es un símbolo de energía y voluntad.

El cuadrante derecho está relacionado principalmente con el futuro y el izquierdo con el pasado.
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Incisivos, los primeros dientes




Estos son los primeros dientes que aparecen en el ser humano: entre los 6 y 8 meses salen los incisivos inferiores centrales, los superiores centrales y los laterales superiores e inferiores, por ese orden. Según los orientales estos dientes están relacionados con los meridianos del riñón y la vejiga. El riñón es el órgano de la convivencia y nos conecta con nuestra capacidad de compartir nuestras luces y sombras con los demás.

Los incisivos centrales superiores (nº 11 y 21) representan las figuras masculina y femenina, respectivamente, siendo el padre el incisivo central superior derecho, y la madre el izquierdo. Las personas con un incisivo central superior izquierdo prominente (a menudo apiñado) han tenido y tienen en su edad adulta una influencia materna mucho más pronunciada que la paterna y a la inversa. Si los dos incisivos están alineados simétricamente, significa una influencia equilibrada de ambos padres.

Los diastemas (separación entre incisivos centrales superiores) aparecen en personas cuyos padres, a pesar de vivir juntos, llevan vidas separadas. Asimismo, estas personas suelen tener dificultades en su relación de pareja.

Los incisivos centrales inferiores (nº 31 y 41) representan la importancia de los padres del sujeto en su vida diaria.

Los incisivos laterales representan el temperamento y sus reacciones con los arquetipos (la actitud hacia los padres)

La macrodoncia (dientes más grandes de lo normal) de estos dientes refleja un deseo de tener el propio espacio y vencer el estado de estrés que provoca la relación con los miembros de la familia. Este proceso se agrava cuando el niño o niña se encierra en su mundo interior lleno de temores, bloqueando la glándula pineal o epífisis. Esta sintomatología se observa fácilmente en los niños que tienen pesadillas y dificultades para conciliar el sueño y que, normalmente de forma paralela, temen la relación con el exterior.

Los incisivos son la imagen que mostramos al mundo y dejan entrever nuestra fuerza para expresar nuestras ideas y masticar nuestras experiencias, además de avisar sobre nuestra correcta o no posición de la mordida. Los animales enseñan los incisivos para mostrar su poder. Las personas con incisivos centrales sobresalientes, en muchos casos, ocultan cierta carencia de arrojo.

La protrusión (dientes hacia delante) en un incisivo lateral superior derecho (diente 12) significa que se trata de una persona capaz de defender su libertad individual dentro del núcleo familiar, algo que por lo general crea una disputa con el padre. De forma similar, en el lado izquierdo (diente 22) indica oposición a la madre. Si los dos dientes nº 12 y 22 están en protrusión y superpuestos a los incisivos centrales, la persona tiende a “tener ventaja” sobre sus padres.

Por el contrario, la retrusión (dientes hacia atrás), la microdoncia (más pequeños de lo normal) o anodoncia (dientes que no están) de estos dientes es indicación de la subordinación tanto a la familia como a la sociedad. 

Caninos o colmillos, los últimos en aparecer



Estos dientes están regados por los meridianos del hígado y la vesícula biliar. A través del hígado nos vinculamos a nuestros afectos o nos sentimos afectados por todo aquello que no cumple con nuestras expectativas. El hígado es un órgano que se deleita en los sabores, los colores, los ritmos y todo aquello que le hace disfrutar de una vida relajada y sin privaciones.

Por su parte, la vesícula biliar muestra la cólera cuando se siente rechazada o se le exige en exceso. Los arrebatos coléricos se producen cuando hay mucha tensión o inestabilidad emocional debida a cierta dificultad para aceptar las diferencias y la diversidad.

Los caninos son los dientes que más tardan en aparecer en la dentadura definitiva (entran en erupción en épocas de gran crecimiento y al comienzo de la adolescencia); poseen las raíces más largas de la dentadura y también son los más sólidos. Los caninos generalmente se perciben como un símbolo de vitalidad y superioridad

El canino superior derecho (nº 13) representa una personalidad abierta, exterior; el izquierdo (nº 23) muestra la actitud hacia el cambio. El canino inferior derecho  (nº 43) es una expresión de lo que queremos lograr hacia el exterior; el izquierdo (nº 33) es un reflejo de la transformación que se está dando en nuestro interior.

Primeros premolares
                            



  
Representan nuestros deseos y nuestro ser, que puede resumirse en las palabras “yo quiero”. El primer premolar superior derecho (nº 14) representa la imagen exterior que quisiéramos proyectar y el izquierdo (nº 24) nuestros deseos emocionales.

El primer premolar inferior derecho (nº 44) refleja la capacidad de hacer realidad nuestras metas, y el izquierdo (nº 34) nuestra capacidad de transmitir sentimientos y deseos en nuestro entorno.

La autora del libro titulado “Quand le dents se mettent à parler” (Cuando los dientes hablan), Dra. Michèle Caffin, menciona que las extracciones de los primeros premolares debilitan el sentido de sí mismo, y que los niños a los que se les extraen tienden a someterse fácilmente a figuras de autoridad.

Segundos premolares



Los segundos premolares se pueden describir con la frase “quiero crear” o por el término “nuestro ego creativo”. El segundo premolar superior derecho (nº 15) representa nuestro desarrollo en el mundo exterior, nuestros hijos y aficiones, y el izquierdo (nº 25) nuestras habilidades naturales.

El segundo premolar inferior derecho (nº 45), de forma similar al primer premolar adyacente, refleja la capacidad de hacer realidad nuestras metas, sobre todo a nivel profesional; el izquierdo (nº 35)  indica la asimilación de la energía materna en nuestra vida. En este último, cuando el diente de leche no cede su espacio al siguiente, indica una situación en la que el niño no quiere, o no puede, madurar y convertirse en adulto. Tras ello está a menudo la influencia de una madre dominante.

Primeros molares




Los primeros molares están estrechamente relacionados con el estado que deseamos, tanto en la sociedad como en la familia. El cumplimiento de los ideales para mejorar nuestra posición en la sociedad está vinculado a los maxilares y a los primeros molares derechos (nº 16 y 46),  que reflejan nuestra vida profesional y éxitos. 

Los primeros molares izquierdos (nº 26 y 36) manifiestan la expresión de nuestros sentimientos, algo que se reprime a menudo en la sociedad actual. Estos molares hablan de nuestro deseo de ser amados, dientes que se restauran a menudo y, desgraciadamente, desde muy temprano.

Segundos molares



Reflejan nuestra relación con el mundo y, en particular, con nuestros parientes más cercanos. Los dos segundos molares derechos (nº 17 y 47) revelan, mediante su estado y alineación, las circunstancias ordinarias de la vida diaria. Situaciones recurrentes a largo plazo, a menudo consideradas triviales en nuestros contextos, que nos molestan pero que no somos capaces de cambiar.

Los segundos molares izquierdos (nº 27 y 37) indican la armonía de las relaciones con nuestra familia. Recordemos que los dientes, al igual que lo hace el resto de nuestro cuerpo, reflejan circunstancias vitales de la percepción subjetiva de la persona en cuestión.

Terceros molares o muelas de juicio



Son regados por los meridianos del corazón e intestino delgado. Expresan la energía individual de la persona. El tercer molar superior derecho (nº 18) corresponde a nuestros esfuerzos para contactar con el mundo material y espiritual; el izquierdo (nº 28) representa el temor al rechazo de estos dos mundos.

Los terceros molares inferiores (nº 38 y 48) son un magnífico barómetro de nuestra energía física, y desempeñan un papel importante en el balance de energía de todo el organismo.

La vida tiene su principio y su final en ti
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“Atrapar el bocado”, instinto de supervivencia
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A estas alturas ya te has dado cuenta de que unos dientes sanos no tienen nada que ver con una higiene correcta, sino que los problemas dentales manifiestan, al igual que lo hace el resto de nuestro organismo, un desacuerdo entre lo que pienso y lo que siento, con lo que finalmente digo o hago.


La boca en general y los dientes en particular, se relacionan biológicamente con:

  • Atrapar el bocado (real o simbólico): Personas, situaciones o ideas que queremos y no podemos atrapar, pero también aquellas otras que nos hemos visto obligados a tomar.
  • Mantener el bocado: Personas, situaciones o ideas que, una vez atrapadas, no logramos triturar para a posteriori ser tragadas y asimiladas.
  • Defensa: Ante el peligro reconsidero lo que es más ventajoso para mí, y entonces habrá ocasiones en las que decidiré atacar (=“enseño los dientes”), y otras en las que quizá la mejor solución sea tan solo impresionar al enemigo.
  • Protección: Los dientes se erigen como la frontera (=“aprieto los dientes”) de nuestro territorio; podríamos decir que voy a considerar como mío todo lo que haya de dientes (y boca) para adentro, y como impropio lo haya en el exterior.
  • Imagen: La estética de los dientes es tomada en cuenta porque en cierta forma me muestra al mundo con todo lo que yo soy, y de la misma manera dejaré entrever mis dientes en virtud de cuál sea mi estado de ánimo (enfado, desconsideración, alegría, preocupación…).


Patologías frecuentes

Esmalte
El esmalte se ve dañado cuando, ante un ataque, me niego el derecho a mostrar mi agresividad (= morder) por miedo a ser excluido del grupo: callo hacia fuera, juzgo y condeno hacia dentro.

Dentina
Si lo que se afecta es la dentina, entonces nos encontramos frente a una situación conflictual de mayor grado de intensidad. En este caso he de mirar dónde o con quién me he sentido en un gran peligro, unido a un sentimiento de profunda impotencia y desvalorización por no haber conseguido quedar como el ganador.

Flemón
Deviene de la inflamación (= rabia contenida) producida por la infección de las encías (sobre todo), y que se da tras resolver una situación en la que nos hemos sentido incapaces de tomar la decisión que deseábamos, o de no haber podido mantenerla, si es que la pudimos tomar. Precisamente, el sentido biológico de la infección es expulsar la traba (persona, situación o idea) que me impedía el hacerlo.

Dolor
El dolor siempre aparece tras haber resuelto una situación; en este caso se trata de un conflicto vivido con gran desvalorización por no haber sido capaz de expresar mis necesidades, de ser escuchado y respetado. Quiero mostrarme, enseñar los dientes, tal y como te decía anteriormente, pero me cohíbo.

Cuando este tipo de dolor se vuelve habitual, nos encontramos frente a una persona poco resolutiva en la toma de decisiones. Si rascamos un poco más encontraremos que hay una resistencia a asumir la propia responsabilidad así como temor por las consecuencias que la elección pueda generar.
Sarro
El sarro actúa sobre el diente como una segunda capa; su sentido biológico, por tanto, es la de protección (de acuerdo a la lectura de la pieza en cuestión).
El sarro aparece cuando la persona se siente indefensa, o necesita proteger la vulnerabilidad de otro, por no poder atacar o atrapar el bocado.

Posición
Cuando un diente va hacia delante significa que hay una necesidad de acelerar, de la misma manera que se necesita frenar cuando va hacia atrás.
La caída de una pieza nos habla del miedo a mostrar, a dejar ver.
El diente incluido desvela que hay un secreto, algo que se desea esconder y al mismo tiempo duele el no expresarlo.En todos los casos hacer la correlación con la lectura de la pieza en cuestión.

Afta
Las aftas tienen una interpretación diferente de acuerdo a si su aparición es en niños o en adultos.

En los niños la connotación es de separación o, lo que es lo mismo, de contacto impuesto; situaciones donde no pueden estar con el bocado deseado (por ejemplo, el pecho de mamá), o bien cuando se ve obligado a ingerir un bocado que no quiere (comida real o simbólica).

En los adultos las aftas pueden manifestarse, aparte del conflicto de no poder atrapar el bocado, cuando no expreso lo que siento realmente por temor a romper con la imagen que los demás tienen de mí. Es fácil que en lo transgeneracional encontremos secretos familiares (normalmente de cariz sexual) de los cuáles es mejor no hablar.

Si el afta aparece en la mejilla izquierda se relaciona con conflictos familiares, si lo hace en la derecha con la profesión, en ambas mejillas con la verdad que he de callar. En la lengua con la verdad que prefiero callar. En el labio inferior con el no expresar por temor a perder el bocado.

Encías
Como las encías tienen una relación directa con la comunicación, las patologías que se den en ellas nos hablan de situaciones en las que nos desvalorizamos si nuestras palabras no son tenidas en cuenta, siento que a nadie le importa si digo o callo.
La inflamación de la encía, llamada gingivitis, expresa la rabia que he sentido cuando lo que he dicho no ha sido comprendido. Biológicamente, la gingivitis se vincula a un conflicto de:
  • Necesidad de atrapar el pedazo (entendido como la palabra o comunicación) y/o de expresar (= soltar)el pedazo.
  • Ataque: Cuando alguna persona traspasa mis fronteras y no respondo por sentirme en inferiores condiciones.
  • Defensa: Cuando, al contrario que lo anterior, mis palabras no tienen la suficiente fuerza para atravesar las fronteras del otro, o éstas no han sido bien recibidas.

Por otra parte, el sangrado de encías puede hablarnos de nuestra duda e indecisión, de nuestro desacuerdo con la elección que nosotros mismos hemos tomado, y/o de nuestra pérdida por la alegría de vivir, todo ello relacionado con la comunicación.

Lengua
Entre otros conflictos, la lengua se afecta cuando hemos vivido una situación de impotencia (puesto que la lengua es un músculo) por no haber conseguido atrapar el bocado.

Bruxismo
Se conoce como bruxismo al rechinar de los dientes, y su conflicto biológico tiene que ver con la obligación de mantenerse callado.

El motivo de que normalmente este síntoma se manifiesta por la noche es porque el sueño nocturno nos procura una liberación de aquello que hemos ido reprimiendo durante el día; en este caso se trata de una contención excesiva de tensión y rabia ante el impedimento de manifestar lo que nos perturba.


Desde lo bio-emocional, la sabemos que si estudiamos lo transgeneracional de esta persona es fácil que en él encontremos secretos familiares, incestos e incluso fantasmas con los que esté relacionado, que vienen a decirnos que “el placer está prohibido”.

Tendremos también en cuenta que podrá manifestar bruxismo la persona qué se ve persuadida por la autoridad (real o simbólica) de mantener la boca cerrada durante el día.
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Tú decides lo que quieres dejar entrar y salir de ti

Mari Angeles Camara / volviendoanacer.es

(1) Fuentes: Odontología Holística (Xananatura) y Los dientes como espejo de nuestras emociones (Stanislav Cícha).
(2) En la tercera parte de los artículos dedicados a los dientes encontrarás mayor información al respecto.